viernes, 25 de noviembre de 2011

POLLO A LA NARANJA

     Ingredientes:
            Pechuga de pollo
            Vino blanco
             Naranjas
            Sopa de cebolla
            Sal
    Preparación

            1. Cortamos la pechuga en tiras finas. Las pasamos por la sartén unos minutos (no hace falta dorarlas, solo que no estén crudas)
            2. Las ponemos en un caldero con un par de vasos de vino blanco (da igual la marca)
            3. Le echamos un sobre de sopa de cebolla y un poquito de sal.
            4. Lo tenemos al fuego unos minutos hasta que se reduzca un poco el líquido(unos 5 minutos)
            5. Le echamos un par de vasos de zumo de naranja y lo dejamos al fuego hasta que se reduzca bastante y empiece a espesar un poco.
            6. Lo probamos de sal y listo.
DELICIOSO
    Recomendación:
            Acompañar con unas papitas sancochadas o fritas.
            Con 1 Kilo de pechugas nos daría para 5 ó 6 comensales más o menos.Y usaríamos un par de vasos de vino y 2 ó 3 vasos de zumo y 1 sobre o sobre y medio de sopa de cebolla.Para diferentes cantidades de pechuga haz tus cálculos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

TENEMOS LO QUE NOS MERECEMOS

                                                                              21 de Noviembre de 2035

              Antes que nada deseo dar las felicidades al Partido Popular de Control del Crédito (PPCC) por su aplastante victoria en las urnas en el día de ayer. No es ningún secreto que tanto yo como mis compañeros de este diario  digital pertenecemos, o más bien, somos afines a la tendencia económica-política del Partido por las Libertades Crediticias (PLC), pero no es menos cierto que somos unos ecodemócratas declarados y que asumimos plenamente el deseo de la mayoría de nuestros conciudadanos con derecho a voto.
                Si bien es cierto que siempre nos hemos declarado contrarios a la vigente ley Electoral Hispano-Portuguesa desde su misma entrada en vigor en la década de los 2010-2020 cuando la reconversión política de Europa nos obligó a ello, y que siempre hemos sido altamente críticos con la implantación de la Ley que permitía a los ciudadanos el voto según su estado económico-financiero, también debemos reconocer que la mayoría de los ciudadanos ibéricos decidieron en su momento otorgar del suficiente poder institucional al antiguo Partido Popular Hispano creado  ex profeso para las elecciones del 2015 como fusión de los partidos Popular español y el Partido Popular Demócrata portugués, y que a raíz de ello se promovió la llamada Ley para la Salvación de la Patria donde se contemplaba por primera vez el derecho a voto y el valor ponderado del mismo según los recursos económicos de cada ciudadano entendiendo que si alguien había conseguido un status económico privilegiado se debía a su buen hacer laboral y que sus ideas deberían tener más peso en la conducción y decisiones económico-financieras de su país que aquellas de aquellos que por sus ideas erróneas había acabado con cuentas corrientes encarnadas y status económico-laborales de baja calificación.
                Desde hace años, se vienen oyendo voces en nuestro país favorables a la abolición de dicha ley, pero no es menos cierto que elección tras elección, el mayor defensor  y heredero del partido propulsor de dicha Ley obtiene mayorías absolutas en cada elección, sea ésta de cara al Gobierno de nuestra Nación como a cualquier elección provincial o las ya cada vez menos importantes Autonómicas ( entiéndase menos importantes por el simple hecho de la no existencia en la actualidad de Gobiernos Autonómicos como los conocíamos antaño, sino en lo que hoy en día se han convertido, en simples órganos administrativos con capacidad y competencias en terrenos como limpieza vial, control de subvenciones estatales, control de absentismo laboral de los funcionarios del Estado, etc).
                Aún hoy recuerdo con nostalgia los años en que nos quejábamos tras cada elección del sistema electoral basado en circunscripciones electorales en donde el número de votos recibidos por cada partido no se reflejaba directamente en el número proporcional de diputados obtenidos, sino que existían condiciones y circunstancias territoriales por las que se repartían las cuotas de poder entre los partidos políticos participantes de forma algo más “justa”. Estuvimos años quejándonos de dicha forma de reparto de poder, hasta que la entrada en vigor de esta nueva Ley eliminó automáticamente dichas “injusticias” para plantar en nuestro sistema político una manera más justa y práctica para dicho reparto.
                Tras años de práctica de este nuestro sistema electoral, los defensores de un sistema más universal del derecho al voto, hemos ido adaptándonos a las circunstancias, y a pesar del cierre de nuestros periódicos y emisoras convencionales (por supuesto  sin la participación en estos hechos de ninguna manera del Gobierno actual de nuestro país sino claramente por motivos de “rentabilidad empresarial”), y una vez que nos hemos, la mayoría, ubicado en el periodismo virtual, hemos ido suavizando nuestra postura crítica y hemos llegado a rebajar nuestras pretensiones de una democracia a la antigua usanza para intentar un sistema electoral de concertación entre todos, si bien admitiendo la imposibilidad de cambiar el actual, debido al apoyo mayoritario que posee hoy en día el PPCC, sí que solicitamos y seguiremos peleando porque al menos todos los ciudadanos puedan acudir a las urnas en las fechas correspondientes aunque se mantenga la ponderación del voto de la manera actual.
                En fín, como ya conocen nuestros lectores habituales, seguiremos luchando por un cambio a mejor del sistema y por la vuelta a una situación parecida a la que años atrás gozábamos casi todos los países de la llamada entonces Europa Comunitaria, y de la que hoy en día solo mantienen países como Islandia. De todas formas no quiero terminar este artículo sin felicitar sinceramente a Carlos Botín, secretario general del PPCC por su holgada mayoría que le permitirá gobernar nuestro país otros 4 años más.

                                                                                                                             Félix Ardura Rodríguez