jueves, 14 de julio de 2011

TRES PLABRAS

                                                                                   …a mi amigo Carlos
            Tenía 27 años y murió.
Le daba miedo la vida y como una broma del destino tuvo que luchar por ella.
Luchó como pocos han luchado, como pocos recuerdan haber visto jamás a nadie luchar.
Se aferró a una esperanza, a un sueño, pero como en todo sueño, tarde o temprano hay que despertar, y en este caso, el despertar significaba el dormir para siempre.
            Todos le huían, le huíamos, disfrazando el miedo con trajes de moral.
            Debía ser duro, muy duro, el vivir siempre en un continuo carnaval donde uno es el único que no se disfraza, que va a pecho descubierto.
            Nunca buscó en espejismos el color azul del cielo o el reflejo de un arcoíris en un paisaje humedecido por la lluvia, nunca buscó en ajenas lo que tenía en ella, nunca anduvo con ellos porque ella le llenaba, nunca…
            Era “normal”, normal entre comillas, normal a ojos de una sociedad “anormal” que se autodefine con la normalidad del cinismo, del progreso y la civilización.
            No fue seducido en la cama por el virus de la marginalidad, no sintió el pinchazo del rechazo y de la soledad, simplemente fue un error, se lo dieron disfrazado de salud para curar su mal, pero resultó que su mal era leve y su remedio letal.
            Jamás lo entendió, nunca comprendió la venda que tapaba los ojos de la amistad, el cariño o la comprensión. La venda hecha con el material más duro, más grueso, más difícil de romper, la venda hecha con la tela del miedo.
            En un principio, solo en un principio, se sintió traicionado, se sentía distinto a todos, a unos por ser un leproso del siglo XX, a los otros, a los que también agonizaban sumergidos en la oscuridad de la marginación, por no haber sido propenso a nadar en esas aguas.
            Pero pasaron días, tal vez semanas, y fue dándose cuenta, fue comprendiendo la verdad, y la verdad era sencilla, nadie lo busca, nadie lo ha comprado, nadie lo quiere.
            …Y entonces luchó, luchó como nadie, pero no luchó por su vida, no luchó por ese grano de tiempo que le quedaba en la inmensidad de las dunas de la inmortalidad del tiempo, luchó por todos, por esos a quienes se aparta y se recluye, por esos a quienes la miel del cariño se les está negada y deben de vivir en la amargura de la soledad.
            Luchó por sentirse humano, por ser alguien y no un número en las estadísticas (…).
            En las últimas horas no se quejó, siempre procuró que su familia no sufriera o que no sintieran lástima por él, pero en su interior, siempre y hasta su último suspiro, en lo más profundo de su alma martilleaba constantemente una pregunta, una sencilla pregunta, y el día que por fin despertó de su sueño y durmió para siempre solo atisbó a susurrar una pregunta, un reproche, tres palabras en voz alta:
                                                                       ¿Por qué a mi…?
PD: Este relato se lo escribí a un amigo en el año 1992, desde donde afortunadamente las cosas han cambiado mucho y espero lo sigan haciendo aún más , hasta que haya un momento que la normalidad sea tal y que ya no haya motivio para tener que cambiar nada.
(Estracto de un escrito perteneciente al libro pensamientos y poemas)

miércoles, 13 de julio de 2011

¿CINE O ROBO?

 Hoy escribo con la indignación y la vergüenza que a uno le embargan cuando se siente estafado y robado vilmente. Ayer, como tantos padres de familia, me dispuse a pasar una tarde en el cine acompañado de mi hijita de 5 años y su madre. Una película infantil, unas roscas, un refresco, y si se terciaba, pasar por uno de esos locales de comida rápida para librarnos de prepararle la cena  a la peque a la llegada a casa, nada especial, algo tranquilo en familia y, con los tiempos que corren, medianamente económico.
Llevo mucho tiempo oyendo decir por activa y por pasiva, en prensa, tele, radio y hasta en la sopa, que no debemos bajarnos películas de Internet, que no debemos delinquir, que está mal, que es un robo, que hundimos el cine y a quienes humildemente viven de esa industria. Que si todos colaboramos un poco, que si cada uno colabora yendo al cine de vez en cuando en vez de apoltronarse en casa viendo una peli descargada ilegalmente de la red, estaremos colaborando con la cultura, estaremos haciendo un bien a la industria del cine y a todos los que viven de ella.  Pues ME NIEGO….
                ¿Es razonable pagar más de 20 euros por llevar a tu hija a ver una película de dibujos animados?, y eso en el mejor de los casos, esta vez tuve suerte y encontré una proyección que no fuera en la famosa 3D, que si no, súmale euros a las entradas. Pero hoy no escribo para quejarme de los desorbitados precios de las taquillas de cine, (sí, ya sé que me dirán que la realización de las películas hoy en día es muy cara, que hay mucha gente que vive de esto,  etc., etc., etc., pero no me deja de escandalizar que para que un actor gane millones de euros yo deba pagar tales sumas  por dos horas escasas de proyección, tal vez no debería ser el consumidor el que cargue con todos los esfuerzos no?), hoy vengo indignado por la industria ladrona y estafadora que se genera alrededor de las salas de cine.
                Siempre permanecerá en mi recuerdo las viejas tardes de cine en mis años de juventud en donde a una tarde de cine siempre iban ligadas las famosas palomitas, refresco, o chucherías varias. La verdad es que no creo que dentro de unos años recuerde estas tardes de cine de la misma forma, me explico, a la entrada al cine, como costumbre, compramos unas palomitas, agua y refresco, y cual fue mi sorpresa al ir a pagar y darme cuenta que me habían cobrado 2,50 euros por una botella de agua de 50 cl, sí, de esas botellas de plástico pequeñas que cuestan poco más de 0,40 en cualquier supermercado. Claro que entiendo que deben sacar beneficio, pero no parece algo excesivo?, pues ahí no queda la cosa. Para mayor asombro me percato que me han cobrado 4 euros,  sí, 4 euros por cada refresco. Ni en una discoteca en pleno sábado de carnaval he llegado a pagar tanto por un simple refresco. Estás con la cría, la película a punto de empezar y no es cuestión de dejarla con las ganas de tomarse un refresco para acompañar sus palomitas en lo que para ella es su Domingo de Cine, pero la indignación es tal que me pasé la mitad de la película con una sensación de haber sido atracado cuchillo en mano. Me parece una verdadera vergüenza que nos roben de esa manera, que nos estafen tan vilmente , y que además al sentarme en mi butaca, antes de comenzar la película y aun encolerizado por el sablazo desmesurado, tenga que soportar uno de esos anuncios contra la piratería con los que intentan que te sientas culpable. Pues no, hoy digo basta, y me juro a mi mismo que no volveré a pisar una de esas salas de cine (Cinesa en el CC El Muelle), y prefiero gastarme el doble de dinero en comprar, alquilar o “piratear” películas que volver a dejarme robar por estos míseros estafadores.

lunes, 11 de julio de 2011

UN COMIENZO

  Desde hace mucho tiempo, me viene ronroneando en la cabeza una idea. (aclaremos para los malintencionados, no es que sólo me ronde una idea, es que es la que viene al caso,jeje).
  A la gente que me conoce, no le sorprenderá demasiado toda esta iniciativa...alguien a quién le gusta escribir, le gusta hablar de política, enfrascarse en peleas dialécticas, criticar argumentalmente,etc etc, vamos un "bocas". Si a ésto le sumamos mi relación perpetua y siempre inacabada con la informática y sus avances y artilugios, era de extrañar que no me hubiese antes lanzado a la piscina y ponerme a crear este blog. Pues bien, por pudor, vagancia o simplemente por dejadez, pero la verdad es que mis palabras y pensamientos terminaban muriendo siempre debajo de una tapa de manices o sumergidos en un vaso de cerveza en alguna barra de bar. No es que ahora pretenda influir en nada ni en nadie, no es que ahora pretenda perpetuar mis ideas o pensamientos, no es que ahora pretenda crear corrientes de pensamiento ni muchísimo menos, AHORA pretendo escribir lo que me da la gana, mis poemas, mis ideas, mis protestas, mis propuestas o lo que sea, y el que quiera que lo lea, que aporte cosas o que critique (bueno, mejor para eso nos vemos en la barra de antes). En definitiva, un sitio donde "colgar" mis berrinches, mis opiniones y mis epistulas.
  Os invito pues a que me visiteis y compartais conmigo algunas letras e ideas y quien sabe, a lo mejor hasta os gusta...jejeje... Un saludo.